Cúrcuma: de Azafrán de los pobres a elixir del siglo XXI
Nombre científico: Curcuma Longa
Érase una vez…
Originaria de la India, tierra de especias, esta especie herbácea necesita un clima suave y muy lluvioso como el del sudeste asiático, siendo Sangli la ciudad donde se concentra la mayor producción mundial. Los primeros usos conocidos de la cúrcuma se remontan al 610 a.C., cuando los hindús la utilizaban para teñir lana. Su poder de coloración y teñido la convirtió en una de las materias primas imprescindibles del mundo textil. Tal vez por ello en la antigüedad no era tan apreciada en la cocina como en la artesanía, aunque con el paso del tiempo se han acabado invirtiendo los polos. La cúrcuma ha ido conquistando la gastronomía mundial, primero como colorante alimentario, y más recientemente, como uno de los saborizantes más estelares de la cocina oriental. Su fama se extendió al ámbito occidental, en gran medida gracias a las palabras que Marco Polo le dedicó: «una fruta que recuerda al azafrán, aunque no tiene nada que ver, es casi tan buena como el azafrán en múltiples ocasiones». De ahí el sobrenombre de «azafrán de los pobres» que esta especia recibe, ya que, de hecho, en ocasiones se ha recurrido a ella como sustituto barato del azafrán.
En la cocina….
De sabor almizcleño, picante y algo amargo, la raíz de cúrcuma nos regala un aroma suave, picante y fresco, con interesantes notas de jengibre y naranja. Casa a las mil maravillas con lentejas y habichuelas, legumbres a las que lleva siglos acompañando para gozo y gusto de los comensales en la cocina hindú, aunque en Occidente es más conocida por ser la base de una mezcla de especias notablemente extendida y popular como es el curry.
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Beneficios para la salud…
Los recientes estudios científicos sobre las propiedades y beneficios de la cúrcuma están extendiendo su uso en complementos vitamínicos y digestivos, en los que habitualmente se mezcla la curcumina con la piperina (alcaloide de la pimienta) para aumentar su absorción y biodisponibilidad. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria reconoce las evidencias científicas que sugieren que la cúrcuma tiene propiedades antinflamatorias, es buena para las articulaciones, estimula el apetito, puede resultar beneficiosa en el tratamiento del Alzheimer, constituye un poderoso digestivo y fortalece el sistema inmunológico. Cada vez son más los estudios que se están realizando en torno al potencial de esta especia para la salud. Sus bondades son tantas, y tan potentes, que a día de hoy, la cúrcuma ha pasado de ser el azafrán de los pobres a convertirse en el elixir del siglo XXI.